A pesar que la reforma educativa que puso en marcha el Gobierno Federal, con el fin de que se mejoraría la calidad de la educación, y que el modelo beneficiaría de manera inmediata a los alumnos de los distintos niveles educativos, la realidad tangible, la realidad visible es otra, al menos así lo narran las familias en Texistepec.
Lázaro Cárdenas, con cerca de 200 personas, es una comunidad que se encuentra a la orilla del río Chiquito, cuyo afluente ha venido golpeando desde hace más de 10 años a las familias que ahí habitan, ya que la corriente ha ido ganando terreno.
Para ingresar a la localidad, el camino es terracería, es de las más olvidadas del municipio, por el Ayuntamiento de Texistepec, no cuenta con transporte público, los habitantes salen a bordo de motocicleta o se trasladan a otra comunidad para trasladarse a la cabecera municipal.
En la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez de la zona escolar 084, que tiene a 30 pequeños en todos los grados escolares, tiene un mes sin un docente, que imparta clases a los pequeños.
A decir de los padres de familia, llega los lunes, miércoles y viernes, un profesor que imparte clases en Boca del Río, por un espacio de dos horas a revisar tareas y ponerles más tareas, pero no es la misma calidad educativa.
